EllasPijerío y sexo de diseño rara vez hacen buenas migas en la gran pantalla, eso es algo que el buen aficionado sabe de sobras y para lo que sobran ejemplos. Si a la ecuación le agregamos el mercado de la carne, la prostitución de lujo y sus circunstancias, entonces las posibilidades de atragantarnos con el sueño erótico y maniqueo de turno del director crecen exponencialmente. Y es eso ni más ni menos lo que despachan Malgorzata Szumowska y Tine Byrckel, quienes, por lo demás, han llegado a admitir sin muchos tapujos que sólo se documentaron para esta estupidez de prostitutas universitarias toda vez que hubieron dado forma al primer borrador de su guión.

Rigor en estado puro. El rigor del que hace gala el retrato que ‘Ellas’ nos pone delante y en el que solamente Juliette Binoche, encarnando a una periodista medio-burguesa que se entrevista con un par de esas señoritas de compañía, aporta algo de verdad a la obra de Szumowska y Byrckel. Su personaje, que encarna la sensación de vacío insondable dentro de una vida cómoda hasta la náusea, interesa mucho más que los de sus entrevistadas, que comienzan como la versión ‘escort’ de Barbie, transitan por el porno de arte y ensayo,  y van a dar con sus huesos en un vertedero de moralina feminista que, llegados a ese punto, no se tragaría ni el presidente del club de fans de Maruja Torres.

‘The Girlfriend Experience’, ‘Yo Puta’, ‘Diario de una ninfómana’, y ahora ‘Ellas’ engrandecen la figura de Julia Roberts en ‘Pretty Woman’ y le dan carácter de cinema verité. Pero sólo ‘Ellas’ cuenta con la Binoche. Con la mejor Binoche; la única que conocemos. Esa es la tentadora zanahoria que se nos pone delante de las narices. A ver quién puede resisitirse.