Cine y depresión: De Pixar a Von Trier (JotDown)

Etiquetas

, , , , , , ,

Inside Out (2015), aquel monumental tratado de psicología maquillado con los colorines de Disney/Pixar, le bastaban quince minutos para ponernos frente a un espejo al que a menudo no queremos devolverle la mirada. Ese espejo nos contaba que en la vida no pueden ser la alegría y la felicidad extática las que estén al mando. Sin tristeza, sin oscuridad, sin dolor, somos incapaces de entender el significado de sus antónimos, porque nada es cuantificable si no hay con qué compararlo. Más aún, nos equivocamos al señalar esos antónimos, esos antagonistas. Lo contrario al dolor no es el placer, es la ausencia de dolor; los opuesto al llanto no es la carcajada sino mantener secos los lacrimales. Digamos, entonces, que nuestro default setting es o bien esa Tristeza regordeta y gafotas que la hiperexcitada Alegría se empeñaba en condenar al ostracismo en la película de Disney, o bien, sencillamente, un estado asintomático. No venimos al mundo descojonados, ni siquiera llegamos dando la impresión de que todo nos la suda, salvo quizá Rajoy; venimos gritando, pataleando, llorando, y entendemos muy rápido que gritar, patalear y llorar son herramientas mucho más útiles que reír como anormales. El que ríe no mama.

(Lee el resto del artículo aquí)