Como si acabasen de salir indemnes del amerizaje forzoso del vuelo 815 de Oceanic, así aparecen The Grave Yacht Club en las fotos promocionales de su primer larga duración «They come for us» -previamente habían editado el EP «Wasted!». Una vez en tierra, estos cinco náufragos asentados en Alicante desgranan su crisol de influencias, que van desde el colorido del submarino amarillo beatleniano a la simpatía por el rock and roll de los Stones, siempre cabalgando sobre guitarras de inconfundible sabor americano, porque los Wilco de Jeff Twedy o The Jayhawks también forman parte importante de la ecuación sonora de The Grave Yacht Club. Ahora que andan presentando los nuevos temas a lo largo y ancho de la península (ver fechas al final de la entrevista) es buen momento para pasear con ellos por ese Club Náutico de La Tumba y que nos cuenten qué tal se respira por ahí.
“They come for us”… ¿Quiénes vienen a por (o por) vosotros?
Vamos a por todos vosotros, queráis o no.
Decís que con vuestro EP “Wasted!” os pusísteis el listón muy alto, pero que eso no es problema para gente con tanto talento como vosotros… Siento lo de vuestras abuelas… En serio, esto del arte, no sólo hay que practicarlo y cultivarlo, sino también creérselo, ¿no?
En realidad es la opinión de alguien, pero si tú mismo no crees en lo que haces, apaga y vámonos.
También decís que buena parte de esa creatividad nace de la amistad que os une. Pero hay quien opina que la amistad no es lo más importante dentro de una banda, que, incluso, un exceso de confianza entre los miembros ni siquiera es sana… Supongo que por aquello de no mezclar negocios y placer. ¿Qué opináis?
Por supuesto, somos buenos amigos, pero tratamos de conseguir algo. Si alguien abandona no hay motivo para dejar de ser buenos amigos.
Por cierto, ¿de dónde viene eso del ‘club náutico de La Tumba’?
El Club Náutico»La Tumba» es lo que representa para nosotros Alicante.
Aunque para algunos cuatro años sea poco tiempo para desarrollar una personalidad propia como grupo, vosotros afirmáis que The Grave Yacht Club ya suenan a The Grave Yacht Club… ¿Cuáles serían las bases de ese sonido?
Hoy en día es imposible no tener puntos en común con otros grupos, pero creo que hemos conseguido no pensar en otros a la hora de tomar decisiones en las canciones, y tocar juntos nos ha hecho saber qué va a hacer el otro antes de que lo haga. El público nos dice que sonamos a nosotros. Hay grupos que están obsesionados con sonar como sus ídolos. Nosotros no. Escucha el disco.
Y con un bajista que se hace llamar Litronas Club, ¿nunca se pierde el ritmo ni el rumbo en vuestro club?
Litronas es el Syd Vicious del grupo en el sentido de la imagen. Él es el fotogénico, el que se preocupa de la ropa que llevamos, y en el que os fijáis los periodistas por el nombre. Lamentablemente ha abandonado el grupo en medio de la gira por motivos personales. Hasta nueva orden, el bajista es Pau Consuegra, de Madre Máquina, una banda alicantina que dará que hablar.
¿La música es una excusa para la fiesta o la fiesta una consecuencia de la música?
Van cogidas de la mano. Cada uno sabe dónde están sus límites y procuramos no sobrepasarlos. Cualquier cosa puede ser perjudicial, tanto por exceso como por defecto.
Al rock en España lo que le hace falta es una buena…
Una buena retrospectiva. España estaba prácticamente cerrada al extranjero, con lo que nunca estuvo vinculada al crecimiento del rock. Y aún a día de hoy hay mucha gente que ni conoce a los grandes grupos de los 60 ó 70.
Todos recordamos himnos musicales de cualquier década entre 1950 y 2000. Ahora bien, tengo serias dudas sobre lo perdurable que será la música de estos últimos años. ¿Dónde están los himnos de este principio de siglo XXI? ¿O será que algunos nos estamos haciendo ya viejos y no queremos reconocer que Muse o Franz Ferdinand son tan grandes como Queen o The Clash?
Algo de eso hay, pero también influye la industria. Hay bandas que se ven obligadas a renunciar a probar nuevas composiciones porque la compañía les «sugiere» que repitan algo parecido a «la canción que os hizo triunfar», y así es difícil. Dime en qué se parecen «Bohemian Rhapsody», «I want to break free» y «We will rock you»…
El nuevo disco os lo habéis producido vosotros mismos. ¿Cuestión de presupuesto o es, de nuevo, esa autoconfianza a prueba de bombas?
Incluso teniendo más medios creo que estaríamos muy involucrados en todo el proceso.
Vamos a soñar… ¿Quién sería el productor ideal para The Grave Yacht Club?
Cualquiera que lo viviese con tanta intensidad como nosotros. Cada uno tendrá su favorito, pero el mío es Rick Rubin en los 90.
Creo que hacéis letras tanto en español como en inglés, aunque predominando el idioma de Shakespeare… ¿De qué hablan TGYC en sus textos? ¿Lo típico? Amor, desamor, viajes, sueños…
Lo clásico… Niebla, el silbido del viento, tempestades que arrastran a barcos, minas de oro perdidas…
Porque vosotros no sois de los que pontifican ni dan mítines desde un escenario, ¿no?
Predicamos con el ejemplo.
Ahora estáis dando algunos conciertos con Ainara LeGardon. Un cartel en principio un poco sui-generis… Pero creo que no es la primera vez que coincidís. ¿Qué os une a Ainara?
El amor puro sin trampas.
Llega el calorcito, llegan las giras de verano… ¿qué tal está la agenda?
De momento va bastante bien. Algún festival en verano, alguna cita en Madrid, Toledo, Bilbao… Este año nos gustaría viajar al sur… Así que ya sabéis, si os pilla cerca alguna de las actuaciones venid… ¡¡¡O IREMOS A POR VOSOTROS!!!