1920sbooth285-1-Sierras, tablas de lavar, palos y cuerdas, violines arcaicos, el fantasma de Robert Johnson, imaginería de la Alabama profunda… Pine Hill Haints viven congelados en el tiempo, en una época de leyendas rurales y carromatos, de tardes junto al río y noches bajo la luz de las estrellas. El matrimonio Harper, Jamie y Katie, más un grupo de excelentes escuderos, se han consagrado a la música de sus ancestros, son músicos y musicólogos. Tocar, escuchar, investigar; esa es su vida y eso se refleja en la autenticidad de una propuesta cuya última entrega, “To win or to lose”, es un viaje en el tiempo en toda regla. El propio James nos invita a pasear por su universo personal en la entrevista que leeréis a continuación.

“To win or to lose” es el título de vuestro último trabajo. ¿Es una especie de apuesta a todo o nada? ¿Os sentíais así cuando lo grabasteis? Como si fuera ahora o nunca… 
Lo que “To win or to lose” quiere expresar es que tratamos de dar lo mejor de nosotros mismos y, si fallamos, no podremos decir que no lo intentamos; viviremos en las cloacas sin resentimientos. La vida en general, no importa lo civilizados que seamos, si somos artistas, si parecemos muy modernos, no es más que una cuestión de vida o muerte. Es así para los animales y para cualquier otro organismo. En este mundo hay que pelear duro para sobrevivir.

¿Por qué os decidisteis a usar instrumentos, digamos, primitivos, como una tabla de lavar o una sierra? ¿No es un poco contradictorio usarlos junto con guitarras eléctricas, por ejemplo?
Bueno, siendo estrictos, sí que es una contradicción, pero lo hacemos únicamente por el sonido. Es una forma sencilla de viajar, con instrumentos que nos hacemos nosotros mismos mezclados con los eléctricos. Todo se basa en el sonido, es una experiencia para la que no necesitas ojos. Sonido, no versos eléctricos o acústicos.

¿Cómo os introdujisteis en esa cultura de los instrumentos rudimentarios?
¡Pues porque no teníamos ni un duro! (Risas) Es como la diferencia entre pasar la noche en un hotel por mil dólares la noche, con unas vistas increíbles, una cama enorme y todas las comodidades, o hacerlo en una tienda de campaña en medio del bosque. Son diferentes opciones.

¿Os veis como una salvaguarda de la música tradicional americana?
Me encanta la música española, la irlandesa, la jamaicana -¡que es mi favorita!-… Me gusta transmitir mi amor por la música de raíces de Alabama, me enctanta tocarla e investigar en busca de material. Claro que me gusta compartir todo eso con el mundo.

¿Qué crees que se ha perdido para siempre en la música Americana? Algo que teníais hace quizá 60 o 70 años, pero ya no… 
Los bailes que iban con cada tipo de música. Muchas canciones de violín se escribieron para bailar. Hoy en día esos bailes se han perdido, muchos de ellos para siempre.

¿Y hay algo de la actual música de tu país que te llame la atención? Hablo de música contemporánea, evidentemente, no de remakes o revivals…
Me encanta el hip-hop. En Hunstville, Alabama, tenemos una escena de hip-hop fantástica. También la tienen en Atlanta. Y en Memphis… a todas horas suena hip-hop en las emisoras locales.

Dejando a un lado la música por un momento y ya que has mencionado a Alabama, quería que me hablaras de los ‘rednecks’. Es un término ese que se suele usar de manera peyorativa y, sin embargo, un ‘redneck’ sigue siendo el tipo de americano más reconocible en el exterior. Es vuestro ‘cliché’, como los toreros en España, los esquimales en Groenlandia… vuestra identidad, en definitiva.
Sé lo que quieres decir, y personalmente no tengo ningún problema con el concepto de “redneck”. Pero creo que hay algo que se pierde en la traducción porque, por ejemplo, yo no soy un ‘redneck’, yo soy un ‘country boy’: soy de la zona rural, de familia de granjeros, y me crié entre el río y el bosque. Pescar, ocuparme del huerto, observar los pájaros… esas son cosas que me encanta hacer y que siempre he hecho, pero son más típicas de los ‘country boy’ que de los ‘rednecks’. Como te digo, aquí falla la traducción de la palabra. Puede que tengamos cosas en común, pero no es lo mismo. ¡Es que tendrías que venirte a vivir aquí una temporada para entenderlo! (Risas)

Pues no rechazaré esa invitación, suena muy bien todo eso… Dime, ¿qué te parece la escena del ‘Americana’? ¿Crees que las bandas del llamado ‘country alternativo’ sólo se sirven del rollo tradicional para resultar más auténticos? Tal vez un europeo no sea capaz de discernir la ‘autenticidad’ a esos niveles, pero, ¿qué siente alguien de Alabama al escuchar a un niño bien de Nueva York cantando como Johnny Cash? 
Yo no podría haberlo expresado mejor. Sólo porque lleves un sombrero de cowboy e imites a Johnny Cash no quiere decir que hagas música country de verdad.

Os gusta definiros como “ghost music”, y desde luego sonáis como la banda del saloon de algún pueblo fantasma del Oeste. ¿Quedan pueblos de esos todavía en América? Alguno que no aparezca ni siquiera en Google Earth…
Seguro que hay mogollón de pueblos fantasmas. Yo mismo soy de Man-Bone Hollow, y nunca lo he visto en ningún mapa.

¿Cómo lleváis eso de ser marido y mujer y estar juntos en un grupo? Ya no sólo en lo tocante a vuestra relación sino también al trato con el resto de la banda… 
¡Me encanta tocar en un grupo con mi mujer! Creo que a los Haints nos funciona perfectamente. Podemos viajar juntos por todo el mundo, vamos mucho de camping, tocamos todas las noches… Me encanta.

Hacéis música con los mismos instrumentos que usaban vuestros mayores hace cien años (excepto por la guitarra), pero vivís en la era de los iPod, de internet y la PS3. ¿Qué tal te llevas con el siglo XXI? ¿Tienes teléfono móvil? Si lo tienes espero que al menos lleves un buen yodel de politono… 
(Risas) No me entusiasma hacia dónde nos está llevando la tecnología. Y no me gustan los teléfonos móviles, pero tengo uno. No me gusta esta ‘era digital’. Disfruto mucho buscando viejos vinilos en tiendas de segunda mano y toparme con algo de Ernest Tubb, por ejemplo. A veces, cuando veo esos box sets que editan con las obras completas de alguien me deprimo un poco. Es como que toda su obra está a un click de distancia. Así son estos tiempos en que vivimos, se busca la satisfacción inmediata. Es la era de las cámaras en los semáforos, en las gasolineras, de las cámaras en los teléfonos móviles. No hay intimidad. Y si no eres guapo te puedes operar y convertirte en la estrella de algún reality. Ese es también el concepto detrás de “To win or to loose”.

¿Qué artistas recomendarías a alguien que quiera introducirse en el bluegrass? ¿Algún recopilatorio, tal vez? Supongo que el mayor handicap es dar con grabaciones de ciertos músicos… 
Bueno, aquí es donde me contradigo con lo que te he respondido a la pregunta anterior. (Risas) ¡Porque encuentro un montón de material a través de Youtube! me encantan Luke Kelly, Hank Williams, Abner Jay, Rymodee, the Striplin Brothers, Skip James… y mi favorito de todos, Blind Willie Johnson. Siempre intento tocar con artistas veteranos de mi zona, y eso influye muchísimo en mi música. Son hombres y mujeres que nunca han grabado nada, pero cantan en las ferias de los pueblos o en pequeños conciertos… o en el garaje de su casa. ¡Música de primera!