Edith+Crash+EDITH_CRASH4_large-e1349979150239Basta un vistazo a alguna de sus fotos promocionales para saber que a esta barcelonesa nacida en Perpignan no le van las odas a la primavera ni las dulces tonadas de romanticismo ingenuo. No. Edith Crash pasa por ser una versión gótica y francófona de la Polly Jean Harvey más descarnada, la del “Rid of Me”, la del “To bring you my love”; aunque el imaginario de Edith va mucho más allá del cancionero de PJ o de referencias más o menos obvias a la hora de hablar de cantautoras ‘oscuras’. Esta “girl in black” habla de Cash, Chavela Vargas o Nina Simone con la naturalidad de quien ha mamado su música a conciencia, por inaudito que eso parezca en un veinteañero. Es capaz de desatar truenos y relámpagos con la sola ayuda de su guitarra acústica, y no es mero capricho el haber tomado su alias de la mítica ‘môme’, porque también ella, a su manera, canta al desgarro con la intensidad de quien no piensa en el día de mañana. Pero habrá un día de mañana y, entre otras cosas, nos traerá el debut discográfico de Edith Crash, ¿la primera chansonnier punk?

Citas entre tus influencias a gente más o menos actual, como Portishead o PJ Harvey, pero también a artistas mucho más alejados de tu generación: Edith Piaf, Johnny Cash, Chavela Vargas… ¿cómo llega una jovenzuela de Barcelona/Perpignan a toparse con el repertorio de Piaf o Cash?

Lo que tienen en común estos artistas es que su música es muy sincera y se dejan la piel en cada nota. No recuerdo el momento en que descubrí a Edith Piaf o Johnny Cash pero son personajes que han inspirado a mucha gente, sus canciones son intemporales y seguirán traspasando muchas generaciones.

Piaf, Cash, Nina Simone… grandes artistas, vidas turbulentas. Parece que a menudo eso va de la mano, ¿no?
Tocar es una buena forma de expulsar tus demonios… ¡y parece que muchos músicos tienen un pie en el infierno! Supongo que los momentos difíciles te dan una cierta sensibilidad y si no tienes nada que perder no tendrás miedo a darlo todo.

¿Te atreves con versiones de alguno de ellos? ¿Crees que uno puede defender canciones como «Je ne regrette rien» o «My way», si habláramos de Sinatra o Elvis, sin tener detrás una de esas ‘vidas tormentosas’?
Hay letras con las que uno se siente más identificado, lo que no significa que hayas vivido exactamente lo mismo. Pero puedes interpretar la canción con lo que eres, adaptándola a tus vivencias. Me gusta tocar temas de Piaf, Chavela o Cash porque por un par de minutos te transportan a un lugar lejano, cada uno a su manera. Además forman parte de la memoria colectiva y es una buena forma de viajar con la gente.

¿Y qué hay del resto de tu universo particular? Supongo que, si has sido lo suficientemente inquieta como para descubrir a la Piaf en la era del iPod, la curiosa que hay en ti no se quedará sólo en la música.
Quedaría muy bien decirte que me paso el día leyendo y viendo cine de autor, pero la verdad es que no es así. Diría que, aparte de la música, mi vida está hecha de muchos viajes y encuentros con gente. Me encanta conocer otros lugares y formas de vivir, pero ahora mismo me estoy concentrando en tocar y eso requiere mucho tiempo. Si quieres algo tienes que dedicarle horas… ¡no hay misterio! En este momento estoy con varios proyectos musicales, trabajando como técnico de sonido en algunas producciones audiovisuales y ‘backliner’ en directos. Podría decir que mi universo es una caja de música en la que estoy deliberadamente atrapada.

Han cambiado mucho las cosas de los 90 a esta parte. Ahora el pensamiento único es lo que toca, y en ese pensamiento único podemos englobarlo todo: moda, tendencias musicales, tipo de cine que más gusta… ¿Cómo se siente alguien con unos apetitos culturales radicalmente opuestos a los de la masa que la rodea?
También viví la era del walkman y desgraciadamente la adolescencia empieza a quedarme un poco lejos. Llega una edad en la que estar fuera de la escena cultural del momento no tiene mayor importancia, aunque, cuando eres más joven y vives en según qué sitio las cosas pueden ser más difíciles.  Lo que me parece triste es que mucha gente intenta amoldarse a la masa y viven frustrados al ver que nunca pueden alcanzar sus expectativas, cuando es mucho más sencillo dejar de interpretar un papel y mostrarte como eres, sin más. No somos máquinas, sino humanos. El mundo no es perfecto y nosotros tampoco.

De todas formas, en el terreno de la ‘diversidad’ Barcelona, como en tantas otras cosas, parece ir a otro ritmo que el resto del país, ¿no? En otras palabras: tal vez sea la única ciudad española en la que casi nadie se va a sorprender si sales a la calle con una cresta rosa y una boa de plumas…
Puedes  salir con una cresta rosa pero no puedes tocar en la calle. Es una pena. También te digo que mientras nosotros nos peleamos por el color de una cresta hay países en los que la gente está luchando por libertades mucho más básicas. Así que sí, claramente es mas fácil aquí que en otros lugares.

Por el enfoque que le das a tu música, casi podríamos afirmar que PJ Harvey ha sido una buena maestra para ti y tú una excelente aprendiz.  ¿Te gusta todo lo que ha hecho Polly Jean? Ya sabes que hay quien tiene en un pedestal discos como «Rid of me» o «To bring you my love», los más crudos, los más bluesy, pero echan pestes de su material ‘moderno’…
PJ Harvey ha sido una gran influencia para mí, aunque no la única. Personalmente prefiero los primeros discos, pero creo que hubiera sido una pena quedarse allí.  Pasa con muchos artistas; buscan otros caminos y todo el mundo les tira piedras, pero también son personas con inquietudes, necesitan investigar… y repetir la misma fórmula, sin arriesgarse, acabaría siendo aburrido para ellos y el público. Además he visto directos después de “White Chalk”…  ¡y no creo que la gente haya salido decepcionada!

Por cierto, ¿qué opinan tus señores padres de esta vocación tuya?
Hace más de diez años que no vivo con mi madre. No es como si antes de independizarme le hubiera dicho: «¡voy a ser músico!». En ese sentido he sido bastante realista; tengo mi vida y voy tocando. Si es lo que me hace feliz a ella le parece bien. En cuanto a mi padre, vino a un concierto la semana pasada. Hacía siglos que no le veía, y fue una buena ocasión para encontrarnos.

Teniendo en cuenta que cantas en francés y que el bilingüismo no va mucho con este país, ¿qué pasa si ‘la palabra’ de Edith Crash acaba teniendo más eco allende los Pirineos que aquí abajo? ¿Te planteas instalarte en tu madre patria?
Nunca descarto la idea de cambiar de ciudad, pero si tuviera que volver a Francia no sería por eso. Aquí estoy a la misma distancia de Cádiz que de Paris. Cuando tengo que ir a tocar cojo el coche y voy donde haga falta… De momento mudarme no está en mis planes.

España y Francia. Aunque suena a tópico, tan cerca pero tan lejos… Creo que no recuerdo la última vez que un músico francés triunfó por aquí (o viceversa). ¿Es sólo achacable al idioma o hay algo más? Una especie de desconfianza mutua, quizá…
En el siglo pasado muchos españoles, mis abuelos entre ellos, cruzaron la frontera con Francia para instalarse en Perpignan, y allí no es nada raro escuchar música española. No te puedo decir si eso sucede en el norte, pero me parece que fuera de las vías mas comerciales hay algo de intercambio. Por citar ejemplos más populares, Manu Chao vende milllones de discos aquí, y Luz Casal hace temblar el Olympia de París.

Volvamos con tu música. Uno es bilingüe, pero no trilingüe… No del todo, al menos. Así que hay mucho en tus letras que se me escapa. ¿Qué es lo que te inspira? ¿Eres de las que gustan de tomar prestados pensamientos y frases de libros y demás o prefieres basarte en tus propias vivencias?
Definitivamente las letras están basadas en experiencias personales o cosas que veo a mi alrededor. La vida es mas surrealista que cualquier libro o película. En general, empiezo a escribir o tocar y las palabras fluyen de un modo casi inconsciente. Siempre me ha costado mucho expresar según qué cosas, y eso que guardas dentro tiene que explotar de algún modo, de ahí salen la mayoría de mis letras. En cuanto a la lengua, no descarto cantar en otros idiomas. A veces compongo en castellano o inglés, pero de momento el francés me es más visceral y me resulta más directo. Supongo que es lógico, siendo mi idioma materno. Estoy intentando traducir los textos para colgarlos en la web. Es una tarea difícil, porque pierdes muchas sutilezas propia del idioma, pero estoy en ello…   

¿Recuerdas cuál fue la primera canción que escribiste/compusiste? ¿Cuántos años tenías? ¿Sobre qué versaba tu ‘debut’?
La música siempre fue algo terapéutico para mí. A los 14 años pasaba horas y horas tocando y cantando cualquier cosa. Me inventaba canciones, o más bien trozos de ellas; eso me hacía olvidar cómo me sentía en ese momento. Recuerdo que grababa con un radiocasete, y me encantaría encontrar las cintas, ¡pero vete a saber dónde están ahora!

¿Y cuál fue ese disco que te hizo pensar: ¡Joder, yo me quiero dedicar exactamente a hacer lo que hace este/a hombre/mujer!?
Nunca he pensado: «quiero dedicarme exactamente a hacer lo que hace esta persona». Dejé de tocar durante años porque pensaba que tenía que centrarme en otros asuntos. Pasaban los días y me sentía muy mal sin saber por qué, hasta que me di cuenta que había abandonado una de las cosas más importantes para mí. Ha sido un camino largo y hasta hace poco me aterrorizaba el hecho de tocar en público, pero la vida es muy corta así que decidí tirarme al agua y me atreví a pensar: «¡quiero dedicarme a tocar!».

No sé si iré muy desencaminado, pero la primera conexión mental que hice al ver una de tus fotos fue con la Lisbeth Salander de ‘Millennium’. Aunque espero que no estés tan jodida, en todos los sentidos, como Lisbeth, ¿te identificas con ese tipo de personajes femeninos? Mujeres que se comportan como los más brutales de los hombres, tal vez porque creen que es la única manera de sobrevivir en este mundo, de ser tomadas en serio…
La verdad es que no me siento muy identificada con el personaje. A las dos nos gustan la informática y los collares de pinchos, pero no soy una persona violenta ni creo que haya que ponerse borde para que la gente te respete. Más bien al revés. Para mí, lo único que consigues así es generar mal rollo y te acabas jodiendo a ti misma. En este sentido creo que es importante tener una pasión o algo que te guste para controlar tus pulsiones y canalizar tu energía. Cuando estoy cabreada cojo la guitarra, me pongo un ‘shaker’ en la bota y pego cuatro gritos… ¡así me desahogo un rato! También te digo que cada persona es un mundo y que si me hubiera pasado lo mismo que le pasó a Miss Salander no sé qué te contestaría.

¿Cómo llevas el tema de grabaciones y demás? ¿Habrá pronto material ‘en plástico’ de Edith Crash?
Los temas que están en el red los grabé en casa de forma espontánea, sin saber muy bien por dónde iban a ir. Han pasado pocos meses, pero tengo las ideas más claras y estoy preparando el primer disco, esta vez investigando más las texturas y el sonido. La intención es autoeditarlo a final de año, pero lo más importante para mí siguen siendo los conciertos, porque hay una interacción directa con la gente.