Brijitte-West-2010Hace ya más de diez años que NY Loose, estandartes del glam-punk neoyorquino de los 90, echaron el cierre para disgusto de los que veían cómo la escena de la Gran Manzana se quedaba un poquito más huérfana –la disolución de D Generation no estaba muy lejos-. La cara visible de la banda, Brijitte West, recaló en Londres, fue madre de dos hijos y poco a poco domó la furia interior que antaño la convirtió en un animal escénico tan bello como hostil. Ahora Brijitte, que nunca enterró del todo su SG, vuelve al ruedo discográfico respaldada por The Desperate Hopefuls, con un disco homónimo cuya propuesta, si bien suaviza algo el legado de su banda madre, no deja de ser un trallazo de punk y power-pop que alza al viento con orgullo las efigies de Joey Ramone y Debbie Harris. El odio abandonó a Brijitte, pero ella nunca ha abandonado el rock and roll.

“Brijjite West & the Desperate Hopefuls” es el primer disco en toda regla que editas desde que NY Loose se separaron. ¿Estamos ante un ‘grandes éxitos’ de todo el material que has compuesto durante todos estos años o fue concebido desde un principio como un álbum?

Cuando estaba escribiendo las canciones no sabía si sería capaz de hacer un disco entero. Me sentía muy inspirada por ciertos cambios que se estaban sucediendo en mi vida, buenos y malos, y empecé a componer de nuevo. Fue como despertarse después de un largo sueño. Un poco como la Princesa Aurora en La Bella Durmiente.

¿Qué sentiste al entrar al estudio a grabar un disco después de estos años?

Fue divertidísimo. Durante toda la grabación no hacía más que pellizcarme para asegurarme de que todo eso estaba pasando de verdad. Además, no tenía ni idea de cómo lo recibiría el público. Supongo que dudaba si realmente alguien lo iba a escuchar.

Hablando de sentimientos, cuando comenzaste tu carrera musical eras una chica, digamos, ‘problemática’ –tú misma lo has comentado alguna vez-; perpo ahora que te has asentado, que has sido madre… ¿crees que, incluso aunque lo intentaras, podrías sonar tan furiosa, tan cabreada como entonces?

No, ya no me siento enfadada. He madurado. Ahora me conozco a mí misma mejor y sé cómo dejar las cosas estar. Claro que sigo sintiendo rabia de vez en cuando, pero ya no dejo que esa rabia controle mi creatividad.

Esto me recuerda a bandas como Metallica o Marilyn Manson: millonarios que tratan de hacer la misma música que hacían cuando eran jóvenes y no tenían ni un centavo. ¿Sobre qué puede escribir ahora alguien como James Hetfield? ¿Sobre ir a comprarse camisetas a Armani?

¡Ojalá tuviera los problemas de James Hetfield! Yo sigo teniendo que pelear duro para comer y vestirme.

También tenemos a esos artistas de mucho éxito que andan por los rincones llorando las penas de la fama. Lo que uno se pregunta en estos casos es, ¿por qué no te hiciste arquitecto o barrendero? 

Creo que esos artistas que se sienten culpables por tener éxito se sienten así porque creen que el éxito les hace ser menos auténticos. Pero es irritante pensar que hay niños en la India que tienen que hacerse cinco kilómetros para ir a buscar agua mientras esa gente que tienen el privilegio de poderse ganar la vida muy bien con la música andan por ahí quejándose.

¿Por qué elegiste ese nombre, The Desperate Hopefuls (Los esperanzados desesperados), para tu banda de acompañamiento?

The Desperate Hopefuls es el título de una canción de mi primer EP, “Loosen Up”. Era un nombre a lo “Pulp Fiction”. Significa estar desesperada y esperanzada al mismo tiempo. Desear algo con tantas ganas que tu propia vida depende de ello.

Creo que NY Loose vais a dar un concierto en Junio. ¿Será como la despedida definitiva? ¿Sientes que en su día no dijisteis adiós con todas las de la ley?

Piues ese concierto ha sido suspendido, porque no conseguí llegar a un buen acuerdo con la sala donde iba a celebrarse. Supongo que nunca tendré la oportunidad de despedirme de NY Loose como debiera.

Hablemos del nuevo disco. Lo primero que salta a la vista –o al oído, más bien- es que sigues siendo fiel al legado de los Ramones. ¿Qué significan para ti Joey y compañía?

Los Ramones eran unos compositores sensacionales; tenían sentido del humor y una energía imparable. Incluso hoy en día, cada vez que escucho a los Ramones siento como una descarga eléctrica. Me retrotraen a la época en la que descubrí el punk, cuando no encajaba en ningún lado. […] Yo no soy tan prolífica como ellos. Está claro que nunca podré reunir tanto material como ellos, pero en esta vida me gustan las cosas crudas, puras… las cosas sencillas y que no cambian nunca.

En uno de los temas, “How to be good”, te acompaña tu amigo Jesse Malin. ¿En su día entendiste el giro que Jesse le dio a su carrera? Algo es innegable: desde que se hizo cantautor es mucho más popular de lo que nunca lo fue con Dgen… 

Sí que lo entiendo, porque D Generation ya no podían dar más de sí. Jesse es un auténtico melómano; escucha música de todo tipo. Es natural que alguien como él quisiera ampliar sus horizontes musicales.

¿Alguna vez has pensado en componer material de ese tipo? Algo más acústico, más intimista…

Lo he pensado. Quizá lo haga, pero quería hacer este disco para asegurarme de que era capaz de volver a situarme en el mapa del rock and roll. […] Me encanta la música country. Me encantaría hacer un disco con influencias de ese tipo, aunque no sé si a los fans les gustaría demasiado.

La última vez que hablamos tus hijos eran prácticamente unos bebés. Ahora que ya tienen edad para ser conscientes de ciertas cosas, ¿qué dicen cuando ven a su madre encima del escenario?

Jamás me han visto tocar. No les he presentado a mis amigos músicos. Son niños muy pequeños, son almas puras. Les encanta escuchar mi música en el coche, cuando vamos al colegio. A veces ven fotos mías en internet y me dicen: “¡Mamá, esa eres tú!”. Son un encanto, pero no estoy preparada para que me vean igual que me ve el resto del mundo. Yo soy su madre y ellos son mis dos tesoros.

¿Te gustaría que se dedicaran a esto del rock?

Rotundamente… ¡no! Este negocio está lleno de corazones rotos y sufrimiento. No querría que ellos pasaran por todo lo que he pasado yo. Ojalá sean creativos y honestos consigo mismos, eso sí. Yo nunca me interpondría entre ellos y sus sueños, ¡pero desde luego no me gustaría que me emularan!

Aunque no ivas ya en los Estados Unidos, ¿Qué opinas de la obama-mania?

La verdad es que no tengo ninguna opinión sobre él.

No es descorazonador ver que hay quien incluso reacciona con violencia en EEUU cuando un Presidente trata de ofrecerles algunas prestaciones sociales a los que más lo necesitan? Supongo que vivir en Europa te ha hecho entender que ‘prestaciones sociales’ no significan ‘comunismo’… 

Desde luego. Yo me siento afortunada por vivir en un país donde existen prestaciones sociales.

¿Qué es lo que más añoras de Nueva York?

Echo de menos la vida nocturna. Aquí en Londres normalmente hay que irse de los bares o de los clubs a las 11 de la noche. Nueva York tiene una energía que no se puede encontrar en ninguna otra ciudad del mundo. Es energía pura. Adoro Nueva York.

Pero dicen que la ciudad se ha convertido en un coto para ricos y esnobs… El CBGB es ahora una boutique, por ejemplo. No se me ocurre un símbolo más demoledor de cómo el sistema ha fagocitado la contracultura… 

Sí. Estoy de acuerdo. Nueva York es ahora demasiado aséptica, y todos van de rockeros aunque sean tiburones de Wall Street. Ha perdido su autenticidad y su tradición rock, pero sigue siendo Nueva York.

Vamos acabando… Te he visto por ahí en alguna foto tratando de aprender snowboard… ¿Qué tal va la cosa? ¿Se mueve ya la maldita tabla?

Bueno, ¡tendrás que preguntarme eso la próxima temporada de esquí! (Risas)