Corn Mo es una fuerza de la naturaleza que lleva media vida paseando su portentosa voz y su tonelaje físico por escenarios de toda América en solitario o acompañando a gente tan dispar como Polyphonic Spree o They Might Be Giants. Ahora .357 Lover es su prioridad y con ellos desgrana un crisol de sonidos e influencias que van desde la ópera bufa de Queen, a las bizarradas de Tiny Tim siempre apoyado en las atmósferas grasientas del hard rock clásico. “Diorama of the Golden Lion”, su primer larga duración fue una de las grandes sorpresas de 2009 y, con la banda dando los últimos toques a su siguiente elepé, quisimos conversar un rato con el excesivo Corn. Un tipo con un sentido del humor a la altura de su apetito y con mucho que contar.
Amantes de las .357. ¿Y por qué no de la Magnum 44? Como Harry, El Sucio. ¿No es una mejor arma?
Harry el Sucio nunca disparó su ‘pistola del amor’. Aunque Philo Beddoe sí que lo hizo.
Queen, Abba, Guns n’Roses, Tiny Tim… Todas esas referencias se mencionan al hablar de .357 Lover. ¿Qué me dices de Meat Loaf? La suya fue la primera imagen que me vino a la cabeza cuando os escuché. ¡Y juro que todavía no había visto ninguna foto tuya!
(Risas) Meat Loaf es un intérprete increíble y Jim Steinman es uno de los mejores compositores de la historia del rock. Jim Rado compuso una secuela de “Hair” para Broadway con Meat Loaf de protagonista, en los primeros 70. Muchos años y muchas revisiones más tarde, yo interpreté el mismo papel, y Jim incluso me pidió que incluyera algunos de mis temas en la producción. Tengo que admitirlo, a veces me llamaba Meat Loaf sin querer. Pero eran ‘accidentes’ que me gustaban.
¿Cuánto hay de parodia en la música de .357 y en vuestros shows? Si es que hay algo de eso…
Nada. Sólo somos una banda que trabajamos duro, pero procuramos no tomarnos demasiado en serio a nosotros mismos.
De todas formas, ¿no había acaso mucho de autoparodia en Freddie Mercury o incluso en el propio Elvis? Todo lo contrario de un Axl Rose, por ejemplo, que siempre creyó estar por encima del bien y del mal…
Hay un cierto encanto en ver a Axl tomarse tan en serio a sí mismo. En estos tiempos es bueno ver a alguien que trata de epatar de verdad. Freddie Mercury podía hacer lo que le diera la gana; podía vomitar la cena y hacer de eso algo hermoso. Tanto él como Elvis llegaron a utilizar capas, y creo que eso es la mejor prueba de lo que dices. En el otro extremo tenemos a Rick Wakeman, que también usaba capa, pero porque él era el rey del rock progresivo. (Risas)
¿Qué te parecen esos artistas, como Bono, tan mesiánicos? ¿Crees que es la reencarnación de Cristo? Yo he llegado a pensar que sí…
Sé a ciencia cierta que ningún ciudadano irlandés le daría crédito a tu teoría, porque a Jesús nadie le quería en su pueblo, no era ‘profeta en su tierra’. (Risas) Pero Jesús habría hecho una gran versión de “Lemon”.
Volvamos a la música… ¿.Ahora mismo estás centrado únicamente en .357 Lover? Sé que has sacado discos en solitario y que además colaboras con muchos otros grupos…
Sí. Es mi prioridad. Acabamos de terminar el nuevo disco y lo he pasado muy bien trabajando con otros músicos.
Eres de Texas, pero hace tiempo que te mudaste a Nueva York. ¿Cómo te sentiste la primera vez que pisaste la metrópolis por antonomasia?
En Texas odiaba conducir, así que fue fantástico poder ir en autobús o en metro a todas partes. Puedo beber todo lo que quiera e irme andando a casa. Los otoños aquí son preciosos, y también las chicas. Hay muchas mujeres bonitas en Texas, pero aquí están mucho más a la vista, porque en Texas es difícil verlas si van metidas en los coches.
¿Fue el piano el primer instrumento que aprendiste a tocar? ¿No te llamaban las guitarras?
Mi madre me llevó a mi primera clase de piano cuando tenía seis años. Mi hermano tocaba la guitarra, así que cuando pusimos en marcha nuestro primer grupo ya estábamos más que preparados. A veces compongo con la guitarra, pero se me da fatal tocarla.
¿Echas algo de menos de aquella época en la que tocabas en pequeños clubs de Texas?
Había una buena movida en Denton. Los martes, en un club que se llamaba The Argo tenían La Noche de la Cerveza para Gordos. (Risas). Se nos permitía dar pequeños conciertos. Buena diversión y buena cerveza. Era como una especia de saloon. También había un sitio llamado Good/Bad Art Collective, un gran lugar donde pillar una caja de cervezas y ver arte. Muchos también tocábamos allí. Antes de cerrar invitaban a los grupos a tocar todos juntos en el aparcamiento. Una vez hubo una tormenta y los grupos tocaron bajo unas lonas, evitando a duras penas la electrocución (Risas).
Háblame de esa historia con Gary Bussey. Incluso le dedicaste una canción, “Busey Boy”, porque al parecer mucha gente solía confundirte con él. Espero que al menos tengas un temperamento más pacífico…
Adoro a Gary Busey. “Miedo Azul” fue su gran reto. Creo que sería el tío ideal: Busey y yo en una barca de madera bien provistos de cerveza. ¡El día perfecto! (Risas) La primera vez que él tuvo noticia de esa canción fue en el rodaje de “Walter, Texas Ranger”. La chica que se lo contó fue despedida de la serie al día siguiente. (Risas).
Dejando a un lado a Busey, ¿sobre qué otras cosas te gusta escribir?
Sobre viajes en el tiempo, gente que ha pasado por mi vida, chicas, ciencia ficción…
Hay algo grandilocuente y épico en la música de .357, algo que no parece ser del gusto de las estrellas de rock de hoy en día. Además lo del arena rock es cada vez más cosa del pasado. ¿Consecuencias del grunge, quizá? ¿O es la inefable crisis?
El grunge supuso un descanso con respecto al glam. Vinieron bien los pantalones rotos y las botas negras porque entonces la moda iba en la dirección equivocada: camisas de seda, gafas de sol redondas… Pero el caso es que el glam nunca volvió. El rollo gótico recogió la antorcha y no lo hicieron mal a la hora de mantener viva la llama de los lápices de ojos. (Risas) También las drag queens recogieron ese testigo, y tuvieron su zénit con John Cameron Mitchel y su “Hedwig”. Ahora parece que han vuelto al underground, lo que es genial.
John Cameron Mitchell, Trachtenburg Family, Andrew WK… Desde luego no te va rodearte de gente gris…
Me gusta rodearme mucho tipo gente. ¿Has escuchado a Baby Dee? Es una compositora impresionante. Estábamos juntos en el Bindlestiff Family Circus. Su música es hechizante, es épica y tranquila al mismo tiempo.
Me apunto su nombre. Ahora vamos con la última: ¿cuántas hamburguesas eres capaz de comerte de una tacada?
Durante el tour que hice con They Might Be Giants, Flansburg y yo nos dimos una vuelta en limusina. Paramos en Krystals y compré un pack de 12 mini hamburguesas pensando que él se comería por lo menos la mitad. El caso es que sólo se comió dos o tres, así que yo me zampé el resto. Fue una malísima decisión (Risas). Creo que tengo por ahí un vídeo de aquello.
Estamos deseando que lo hagas público, Mo.