Javier-de-Torres-2010Le han llegado a llamar el Burt Bacharach español, y no les falta razón a los que le han colocado semejante etiqueta; Javier de Torres, romántico empedernido, pone banda sonora a los desarreglos (y a los arreglos) sentimentales como se ha hecho de toda la vida de Dios: tirando de melodía. Su pop de cámara, bien orquestado, de una deliciosa elegancia hace honor a unos textos inteligentes, que se mueven entre la sutil ironía y la amargura. Aunque no es ningún recién llegado y ya carga con unos cuantos trabajos a sus espaldas, su reciente “Las grandes ambiciones” es, como se intuye desde el título, una clara apuesta de este madrileño con pinta de crápula cultivado por situarse entre los más granado de la escena musical patria.

¿Cuál es la historia, en versión resumida, de Javier de Torres?
Llevo cinco discos de música pop con letras cuidadas. Me prodigo poco en directo: si mis conciertos son únicos es porque toco sólo una vez.

Hay quienes, siendo también solistas, prefieren lanzarse al ruedo bajo un alias, o bajo el nombre de un grupo –se me ocurren Tulsa o Revólver-. Se vé que tú no te escondes…
Quizá sea poco pop usar la identidad civil como nombre artístico, es verdad. Pero lo decidí así en su momento, sin mucho pensarlo, y ahí sigo.

Aunque sea una contradicción, ¿confesarse a través de una canción que pueden escuchar miles de personas es más fácil que hacerlo cara a cara con el/la interesado/a?
No sé si es o no más fácil, pero tiene algo de catártico esa exposición pública. Aunque claro, depende de lo que uno tenga que confesar. De ordinario el dolor se exhibe, pero el placer o la necesidad dan vergüenza, de ahí que la confesión pública en esos terrenos sea más difícil.

¿Qué envidian los solistas de los grupos? (Si es que hay algo que envidiar)
Contestando primero al revés, no tener que discutir o pelearte para sacar adelante las cosas como uno las quiere hacer es impagable. Lo de los grupos tiene una edad, como tantas otras cosas en la vida. Sí que es cierto que a veces la sensación de soledad es un lastre. Además, los buenos momentos son menos buenos al no poder compartirse igual. Luego está la cuestión logística. Los grupos son autosuficientes y no tienen que pagar músicos.

Vamos con asuntos más ‘delicados’. Con todo este cirio del copyleft, el copyright, la SGAE y la santa madre que los trajo a todos parece que la gente, en general, están pasando por alto algo muy importante: un autor debe cobrar por su trabajo. ¿Tienes una postura confesable al respecto de la batalla SGAE vs. el pueblo? ¿Alguna solución factible para que todos cobren lo que les corresponde?
Es triste que la SGAE haya llegado a tener su actual imagen pública. En esto tienen responsabilidad sus gestores, pero también algunos medios de comunicación que vienen actuando con ligereza. Como aficionado a la música y el cine quiero que sigan existiendo grabaciones de calidad, y me temo que salvo que queramos un modelo pseudoestalinista de cultura subvencionada por el Estado tendremos que acostumbrarnos a  pagar por los contenidos sin dolor, como lo hacemos por otros servicios (por ejemplo los de las operadoras de telecomunicaciones, que se hacen de oro vendiendo la banda ancha que hace posible la descarga masiva). Va a ser difícil poner freno a estos años de barra libre en los que se ha acariciado la quimera de la cultura gratuita. Los políticos se resisten a soluciones impopulares y da que pensar que Rajoy se convierta en la gran esperanza blanca de los movimientos pretendidamente libertarios que propugnan ausencia de reglas en la red (léase capitalismo salvaje que permita que las telecosdevoren la industria de contenidos). Dicho esto, cuando alguien tiene acceso a mis grabaciones a través de un P2P no me siento mal. Será que mi vanidad puede más.

Es obvio que internet ha democratizado el acceso de los artistas al público y viceversa. Ahora bien, no es menos cierto que la ‘vida útil’ de los artistas, de los grupos, es ahora mucho más corta. ¿Qué se hace para perdurar en una escena de la que emergen 100 nuevos nombres cada semana?
Creo que mi tarea sería más emerger que perdurar, son muy pocos los que conocen mis canciones. En cualquier caso, seguir escribiendo.

Si tuvieras que pagar peaje en ‘la torre de la canción’, que diría Leonard Cohen, ¿qué artistas deberían pasarte factura por los servicios prestados? ¿quiénes movieron a Javier de Torres a crear música?
Me arruinaría. (Risas) Por citar a los grandes que más he escuchado, de los Beatles a Elvis, pasando por Elton John, Billy Joel, la E.L.O, Dylan, Springsteen y en castellano Antonio Vega.

Tus sueños, o tus ‘grandes ambiciones’ se habrán hecho realidad si al final de 2010 miras atrás y ves que…
Escucho mi último disco, tras mucho tiempo sin hacerlo, y no me arrepiento de demasiadas cosas. Lo han escuchado unos cuantos, aunque sean pocos, y les ha gustado. Me ha escrito alguien a mi correo electrónico que no trabaja en el CSIC, es rubia, tiene 23 años y me ha invitado a su casa una tarde para tomar el té y conocerme en persona.

Bueno, ¡algo es algo! Gracias por tu tiempo, y buena suerte .
¡A vosotros!