Son sólo ‘tres chicas recién entradas en la cincuentena que tocan y cantan’, pero qué bien se conservan las malditas y qué fresco suena su cóctel de rock 50s, garaje y melodías infecciosas. Pueden ser dulces como la vainilla o picantes como un chile hormonado, pero nunca, nunca se indigestan. Con un LP a sus espaldas,“Baby Shakes” (2008) y un buen puñado de singles ya se han hecho un hueco en la escena underground americana, y en Japón las adoran. Europa quizá sea su asignatura pendiente, aunque Claudia, Judy y Mary –nuestra interlocutora- ya han desembarcado por aquí en alguna ocasión para regocijo de los que las tuvieron frente a frente.
¿Cómo os metisteis en la música de vuestros ‘antepasados? Aunque acabéis de cumplir los 50, seguro que vuestras amigas del colegio preferían a las Spice Girls o a Britney Spears…
Todas tenemos hermanos mayores que escuchaban buena música y nos la enseñaron a nosotras. Grabarnos cassettes era la única manera de escuchar buenos grupos cuando éramos pequeñas. En cuanto dábamos con una banda que nos gustaba no parábamos hasta encontrar más material de ellos o de gente similar.
Ha pasado ya algún tiempo desde que editásteis vuestro primer LP. ¿En qué andáis ahora?
Acabamos de escribir una canción para un anuncio de una marca de té japonesa…
No sé si creerte…
(Risas) ¡En serio! Y ahora mismo estamos componiendo de cara al nuevo disco. ¡Queremos volver a Japón y a Europa!
Doy por supuesto que os habría encantado vivir en los años 50, aunque por aquel entonces las bandas femeninas de rock and roll no eran muy habituales…
Los 50 molaban porque el rock and roll era como un gran tabú; era algo nuevo y emocionante. Los 60 y los 70 también debieron ser divertidos. Había muchas bandas de chicas, pero no creo que nosotras hubiéramos encajado en aquella época… Creo que habríamos asustado a la gente. (Risas)
Sí, pero lo más parecido a bandas de rock and roll femeninas eran las Shangri-Las o las Ronettes. ¿Qué te parecen? ¿No crees que en el fondo tenían un mensaje algo machista? Siempre estaban llorando por ese chico tan guapo que no respondía a sus llamadas, o deseando que el chico malo se las llevara muy lejos…
¡Nos encantan! La gente sigue haciendo canciones sobre esas cosas, así que no creo que fueran machistas. Los chicos también cantaban sobre desengaños…
¿Qué te pareció el movimiento de las riot grrrls de los 90? Quizá no eran las más glamourosas del mundo, pero desde luego sabían una o dos cosas sobre rock…
Sí, aquello le funcionó bien a un montón de tías cabreadas. (Risas)
¿El rock and roll debería tratar siempre de diversión y fiestas? Nada de dramas, ni política…
Creo que el rock and roll habla (o debe hablar) de rebelión, y está claro que la política son parte importante de eso. Los Beatles tenían su mensaje, y también MC5. Puedes usar la música para lanzar consignas y llegar a mucha gente, y también puedes servir de alivio a los que lo pasan mal. Pero una buena canción es una buena canción, independientemente de su temática.
¿Y si alguien os acusa de ser superficiales?
La gente siempre te va a prejuzgar, hagas lo que hagas. No nos importa.
Creo que tenéis raíces hispanas y orientales. ¿Qué opinan vuestros padres al veros tocar música yanqui?
A mi madre le gusta nuestra música. Se la pone a sus amigas y a nuestra familia (Risas). Mi tío me compró un CD de los Ramones cuando tenía 12 años.
Antes te he preguntado sobre esa actitud dependiente de los hombres de los grupos de chicas de los 50 y los 60, pero, ¿cómo está la cosa hoy en día? ¿Sigue siendo el negocio del rock tan machista como antes?
Nunca nos hemos sentido inferiores. Nuestros colegas masculinos siempre nos hacen sentir como sus iguales; todos somos amigos y tocamos en grupos, nada más. Colaboramos con muchos de ellos, cantamos en sus discos, salimos en sus vídeos…
Mariachi, King Klaus y Little Hitler… Todavía no sé si son los motes que les ponéis a vuestros instrumentos o vuestros alias. Sácame de dudas…
Ni siquiera recuerdo ya cómo nació la historia exactamente… Creo que fueron motes que nos pusieron los amigos, y a nosotras nos parecieron divertidos. Pero en realidad no nos llamamos así entre nosotras. El bajo de Claudia se llama Chocolate Blanco. (Risas)
Suena delicioso… Sigamos. Habéis tocado en Japón ya ya se sabe que, por muy educados y amables que sean los japoneses, pierden la cabeza cuando se trata de rock. ¿Por qué será eso? ¿Alguna teoría al respecto?
¡Es que les encanta el rock and roll! ¡Es alucinante!
Sois jóvenes, sois muy atractivas… ¿Se comporta con caballerosidad la facción masculina de vuestro público? ¿Y si alguno se pasa de la raya? ¿Para eso lleváis a vuestro batería?
Sabemos cuidarnos bien nosotras mismas. La verdad es que nunca ha sido un problema, pero si alguno mea fuera del tiesto acaba quedando como un gilipollas el solito.
¿Qué quieren ser las Baby Shakes cuando sean mayores?
Cuando sea mayor quiero ser un burro. (Risas)