Hartos de recibir etiquetas que, o bien les representaban sólo parcialmente, o bien no les representaban en absoluto, Pine Hill Haints decidieron hacerle saber al mundo que lo suyo no era country, ni folk, ni honky tonk sino Alabama Ghost Music, una definición que además de englobar a todas las anteriores resume a la perfección y de manera harto sugerente el imaginario y el sonido de estos vecinos del Golfo de México.
En un pueblo fantasma del Oeste, con bolas de paja rodando a su libre albedrío suenan banjos, cubos pertrechados con cuerdas a modo de rudimentarios bajos, tablas de lavar la ropa, violines, acordeones… Es la orquesta de Jaime Barrier, atrapada en el tiempo, atrapada en ese pueblucho olvidado pero felices de entonar para toda la eternidad melodías de sus antepasados tal y cómo lo hacían sus antepasados. Cómo llegaron a Barrier los ecos de Joe Strummer o Gun CLuib que a veces uno parece advertir en el cancionero de Pine Hill Haints o las pinceladas de música ‘creole’ (e incluso reggae) es un misterio. Fracturas del continuo espacio-tiempo tal vez. Los Pine Hill Haints pueden ponerte a bailar al grito de “yeeeeeeeha”, volverte melancólico y evocar las noches junto a la hoguera calentando latas de judías pintas o arrastrarte por pequeñas odas épicas a los cruces de caminos y a las damiselas conocidas durante el trayecto. “To win or to lose” es un viaje alucinante al centro de la América profunda, a un primitivismo sonoro que hipnotiza y abduce. Pine Hill Haints no son retro, son lo siguiente…