Marissa-Nadler-Little-HellsComo una Joan Baez primeriza hechizada por el breviario de Edgar Allan Poe, así se aparece esta antigua estudiante de arte mutada en trovadora romántica y que firma con “Little Hells” su cuarto larga duración. Poco a poco, Marissa va dejando atrás el minimalismo instrumental de su primera época para vestir su voz con nebulosos ropajes, convirtiendo la experiencia, la estancia en estos ‘pequeños infiernos’ en un trance de tremendo poder hipnótico. Nadler invoca una y otra vez personajes y paisajes de otros tiempos. En “Ghost & Lovers” o “Brittle, Crushed & Tom”lo hace apelando a las formas desnudas de sus inicios, su voz de sirena y su guitarra, eso es todo lo que necesita; más adelante, en“River of dirt” y “Mistress” se marca una suerte de country onírico, mientras que “Mary Come Alive” es un monumento sonoro a los cuentos de hadas góticos de Tim Burton. Porque eso es en el fondo Marissa, un hada que canta al más allá, que se mueve entre lo carnal y lo incorpóreo, con un poso de experiencia (real o aparente) inusitada para sus 27 años. Suyo es el futuro. Suyo es el presente.