Si el nuevo álbum de estas bestias pardas de Richmond, Virginia, nace bajo el título de “Wrath” (“Ira”) uno ya sabe lo que toca: cuerpo a tierra y cubrirse de la mejor manera ante la que se nos viene encima. La cuadrilla de Randy Blythe abre una vez más su caja de Pandora particular y de ella salen a borbotones toda suerte de riffs, bases rítmicas demoledoras y los alegatos de cabreo universal que escupe sin piedad la voz gutural del propio Blythe. La ‘ira’ del cordero de Dios dura exactamente 45 minutos, y no hay tregua. Desde la inicial “The Passing” hasta el broche final“Reclamation”, y con la sola excepción de la intro pseudo-medieval de “Grace”, “Wrath” se muestra como una precisa y hermética maquinaria de metal extremo, tan agresivo como envolvente, tan hiriente a los oídos profanos como adecuada (y tal vez necesaria) para estos tiempos extraños.
Slayer tienen aquí unos perfectos sucesores de su legado de destrucción sónica. Lamb of God son, sin lugar a dudas, los alumnos más aventajados de los autores de “Reign in blood”. Tanto, que ya tienen muy poco más que aprender de sus maestros.