Eilen-Jewell-Sea-of-TearsComo buena trotamundos americana la pelirroja Eilen Jewell viene desgranando sus inquietudes musicales al son del country-folk más añejo desde los días en que ejercía de músico callejero en Venice Beach. Unos cuantos años después, profesionalidad mediante y con dos álbumes en el mercado, Eilen aparca su faceta más folk y se entrega al blues en este “Sea of Tears”, respaldada por una banda de tremenda solvencia en la que sobresale por derecho propio la guitarra pantanosa del veterano Jerry Miller, con sus seis cuerdas educadas en la escuela de John Fogerty y alrededores.

“Sea of tears” y su esencia taciturna de amores traicionados y desengaños varios convierte a Eileen en una suerte de cruce frágil y dulce entre Lucinda Williams y Billie Holyday. A Lucinda la lleva marcada a fuego en las cuerdas vocales, y Billie, de la que Jewell es admiradora confesa, es piedra de toque a la hora de recrear toda suerte de ambientes nocturnos y encrucijadas lluviosas. Salvo excepciones, como el hony tonk de “The Darkest Day”, “Sea Of Tears” avanza a medio gas, y así, con tranquilidad, debe ser paladeado. Como los viejos clásicos, porque, por encima de todo, Jewell y su banda viven anclados (en el buen sentido) en otra época, en otra manera de hacer las cosas. La producción siempre orgánica y a flor de piel tanto de este “Sea of tears” como de sus trabajos pretéritos les delata. Y es que, si ciertos legados no los defienden personas como ellos, ¿quién lo hará?