Junto con el díscolo Dregen, Nicke Borg lleva siendo la voz cantante de Backyard Babies desde que decidieran dar vida a este ciclón de hard rock callejero allá a finales de los 80s. Veinte años de glorias y penas, de éxitos y tropiezos. Pero ahí siguen estos suecos irreverentes, con cientos de conciertos a sus espaldas, seis excelentes discos y mucho, mucho que contar. El propio Nicke se ha encargado de ponernos al corriente de la actualidad de la banda…
Es la primera vez que no le dáis un nombre concreto a un álbum. Os habéis limitado a llamarlo como el grupo. ¿Significa esto que lo percibís como algún tipo de renacimiento, o fue sólo que os quedasteis sin ideas?
Es que es un álbum muy Backyard Babies, si no el más Backyard Babies de todos, así que la elección del título estaba clara para nosotros.
Además, aparecéis llenos de heridas y magulladuras en las fotos promocionales, como si os acabaran de dar una paliza. ¿Quién ha sido? ¿La industria? ¿La crítica, tal vez?
(Risas) Pues no lo había pensado de esa manera; aunque es probable que sea así, que te sientas así después de veinte años en el negocio del rock and roll. Pero en principio fue una idea del fotógrafo…
¿Qué les dirías a esos que sostienen que habéis suavizado vuestro sonido, que ya no sonáis tan «punk» como en los días de «Total 13»?
¡Pues que hemos crecido!
En cualquier caso, si uno escucha los primeros temas que grabasteis como grupo, y me refiero, por ejemplo, al material que incluisteis en «From demos to demons», era un sonido muy parecido a este hard rock con dejes sleaze que practicáis ahora…
Totalmente de acuerdo…
Ha pasado bastante tiempo desde aquella explosión de rock escandinavo de finales de los 90s. Algunas bandas han desaparecido, otras han pasado por separaciones y reuniones posteriores, y algunas pocas, como vosotros, han permanecido unidas durante todos estos años. ¿Es complicado mantener unida a una banda de rock durante dos décadas?
No, si de verdad amas lo que haces; pero a veces necesitas mucha inspiración. No tengo una respuesta clara para el hecho de que hayamos permanecido juntos a pesar de toda la mierda que hemos tragado, pero supongo que ha sido porque la unión que hay entre nosotros es jodidamente fuerte.
¿Qué crees que ha cambiado en la escena del norte de Europa desde que vosotros empezasteis?
Ahora hay más bandas con mucho talento y muy jóvenes, y la escena ha crecido.
Hablando de esa escena nor-europea, en Suecia y en Noruega tenéis una importante base de black metal, un estilo que tiene tras de sí su propia leyenda negra: historias de quema de iglesias, asesinatos, violaciones… No parece algo propio de los educados y civilizados escandinavos…
Lo sé. Esos deben ser de alguna otra parte (Risas).
Para la mayoría de los artistas su último disco es siempre su mejor disco (al menos eso es lo que suelen decir). Así que, ¿es «Backyard Babies» vuestro mejor disco?
Es el mejor que hemos hecho, porque todas las canciones son estupendas, y el sonido es fabuloso. La mayoría de los otros discos tienen temas que no están al mismo nivel que el resto, cosa que no ha ocurrido esta vez.
Cuando sacásteis «Making enemies is good» tratásteis de «asaltar» el mercado americano, lo cual no es tan fácil. ¿Son los yanquis tan chovinistas en cuanto a música como parecen? Dejando a un lado los Beatles o los Stones, prácticamente ninguna banda extranjera ha reinado durante demasiado tiempo en sus listas de éxitos…
No sé si son chovinistas, pero sí que es jodido entrar en ese mercado. De todas formas, esos que se rinden y no siguen intentándolo dan pena.
¿Cuál es vuestro estatus allí a día de hoy?
Seguimos en el underground, pero a un buen nivel. El año que viene iremos de gira, así que ya veremos qué tal va la cosa.
Sé que tenéis una relación especial con España. Habéis tocado por aquí muchísimas veces, y tenéis un buen puñado de fans. ¿Qué es lo que más os gusta de España? ¿Y qué es lo que odiáis de nuestro país (no seáis tímidos con ésta)?
Nos gusta el clima, las mujeres, Robert Hernández (famoso tatuador. ndr.), el fútbol… Pero lo que más nos gusta es el ambiente que hay. La gente en Suecia está siempre demasiado estresada. Y, en serio, no hay nada que odiemos de vuestro país. ¡Esperamos veros pronto, además!