A Bon Jovi se les pueden y se les deben reprochar todas las lacras de cualquier banda acomodada y aburguesada que avanza sin permitirse pasos en falso en lo que a su repercusión se refiere, buscando siempre el riesgo cero y el pelotazo en las listas de éxitos. Es algo tan obvio que hablar de ello nos lleva de cabeza al perogrullo. Todo eso les convierte, además, en un producto tan predecible que resulta imposible llevarse sorpresas con Jon y compañía a estas alturas, para lo bueno y para lo malo. Pero no es menos cierto que mantenerse en la cresta de la ola tras 25 años de carrera, conservando la formación original y sobreponiéndose al grunge y al tsunami alternativo de los 90’s, o al nu-metal y el punk de diseño del último lustro, algún mérito debe tener. Profesionalidad a prueba de bombas, a prueba de las adicciones, los celos y demás zarandajas que suelen dinamitar al 99% de los grupos de rock. Ya le gustaría a más de uno ver a Axl Rose o a Eddie Van Halen manteniendo el timón de sus respectivas bandas con la misma mano de hierro con la que los de New Jersey han conducido la nave de Bon Jovi .
«Lost Highway» es el décimo Lp de estudio que facturan los autores de » Livin’ on a prayer» , y aunque en un principio su intención era la de entregar un trabajo marcado por la música de raíces americana y los songwriters , al final la cabra siempre tira al monte y les ha salido un disco de rock suave y algo meloso más cercano a Goo Goo Dolls y similares que a Tom Petty ,Springsteen o los Jayhawks . Quizá el asunto de los singles esté menos claro de lo habitual en «Lost Highway» , aunque no tendrán problemas para enganchar al personal con piezas como la que titule el disco, con los toques pop de «Summertime» , o con las baladas marca de la casa que campan por todo el CD. En una de ellas, «Till we ain’t strangers anymore» , a la voz de Jon se une la de la estrella de country mainstream Leann Rimes , y el medidor de glucosa se dispara hasta la estratosfera. De nuevo, lo suyo tira más hacia los tóxicos duetos de Dolly Parton y Kenny Rogers que a las perfectas simbiosis entre Steve Earle y Lucinda Williams . De los días de gloria adolescente, del vocoder y los himnos de rebeldía, les quedan las abultadas chequeras, la imponente forma física de su rubio cantante y, quizá, un tema como «We got it goin’ on» , que en directo seguro que se llevará bien con los «You give love a bad name» , «Keep the faith» , «Wanted dead or alive» y compañía. Poco más que añadir. Que siga la fiesta para los fieles de esta religión llamada Bon Jovi .