La-extraña-que-hay-en-tiTreinta años después de convertirse en aquel oscuro objeto del deseo del taxi driver Travis Bickle, Jodie Foster hace honor a eso del eterno retorno y, como el pirado de Travis, pierde el oremus (por motivos más evidentes, al menos, que el alter ego de De Niro) y consagra sus días a impartir la ley del ojo por ojo, diente por diente. Pero ahí acaban los paralelismos entre el clásico de Scorsese y esta «La extraña que hay en ti». La cinta de Neil Jordan puede tener, a priori, la pretensión de reflexionar sobre la violencia en las megalópolis modernas, aunque a la hora de la verdad no cava demasiado hondo en ese sentido y todo se queda en una estilizada intriga policial que, en cualquier caso, arroja un mensaje de dudosa moralidad en su resolución. Al final del camino es la buena mano del director irlandés y, sobre todo, la presencia de la superdotada Foster, dando su perfil más hardcore, lo que salva a la cinta de ser un blockbuster al uso. O tal vez no. Tal vez sea sólo un blockbuster que vuela por encima de la media. Ya se sabe lo que dicen sobre el país de los ciegos…