La última cinta estrenada en nuestro país del director de “Las tortugas también vuelan” es una suerte de road movie que nace en los pedregosos y desolados valles del kurdistán iraní, en su música y sus idiosincrasias, y va a parar a terrenos eminentemente poéticos. Todo ello le sirve a Ghobadi para desmenuzar un cuento que aúna la marginación de los kurdos y la universal e inevitable rueda de la vida.
Ghobadi pone en la carretera, a bordo de un autobús que ha vivido tiempos mejores, a un provecto músico local y a todos sus hijos rumbo a Irak para celebrar la muerte de Saddam y el (teórico) nuevo horizonte que se abre para el pueblo kurdo tras la caída del dictador. Así avanza “Media Luna”, entre el realismo mágico y la comedia onomatopéyica (muy negra a veces), al son de músicas, cuyos orígenes se pierden enla noche de los tiempos, con que amenizar lo hipnótico de esos paisajes desérticos que transitan los protagonistas.
Exotismo, lírica de la pobreza y cantos a la identidad de un pueblo marginado como pocos. Una singular alternativa al frenesí del cine Occidental.