Next-DoorLa sombra del Polanski más sexual y enfermizo, el de «Repulsión» o «The Tenant», sobrevuela de punta a punta esta pequeña producción de poco más de una hora en la que el director noruego Pal Sletaune construye, a partir de un personaje presa del delirio, una suerte de thriller psicológico y atmosférico con tintes sadomasoquistas.

Por su duración y por lo escueto de su trama, «Next Door» bien podría pasar por ser un cortometraje venido a más, porque además es precisamente su corta duración una de sus principales bazas. Ya se sabe, a falta de resortes argumentales sólidos conviene no marear demasiado la perdiz, o si no, que les pregunten a los que sufrieron las dos horas y media del último desvarío de David Lynch. El espectador siempre agradece la síntesis y el mensaje, si lo hubiere y no queda, como ocurre a menudo en la obra del director de «Corazón Salvaje», enterrado en un alud de esquizofrenia y cripticismo.