La banda más auténtica de la escena actual vuelve a la carga con el que es su proyecto más ambicioso. Si pudieran viajar en el tiempo hacia esos gloriosos 70 a los que rinden tributo en cada riff, en cada golpe de baqueta, «Three Headed Dog» sería un majestuoso doble LP; su particular «Physical Graffiti» , su «Album blanco» . 18 temas en los que desgranan todos los palos de esa década que puso las cuatro letras en la palabra ROCK.
Los Mother Superior van ampliando horizontes, siempre dentro de unos cánones inamovibles como su actitud independiente y beligerante para con la industria musical de este siglo XXI, y a su potente hard soul, a las influencias de Thin Lizzy o Grand Funk , añaden algunos ecos del country rock de Gram Parsons y alrededores ( «Let it go» , «Standing Still» ) o coqueteos con el heavy metal (la sabbathiana «Left for the dead» es sin duda lo más duro que han grabado hasta la fecha bajo la bandera de la Madre Superiora).
Es «Three Headed Dogs» un disco tan lleno de recovecos y matices que se hace imperativo dedicarle tiempo y escuchas sucesivas. No son los Mother directos y afilados de su debut «Sin» , ahora nos encontramos con una banda más experimentada, más madura -que no conformista- y cohesionada como un bloque de cemento armado. No inventan nada ni lo pretenden porque, como ellos mismos dicen en una de las canciones, «Rock and roll was great till 78», y lo que no está roto es de necios tratar de arreglarlo. En el fondo éste, su cuarto larga duración, es la excusa perfecta para continuar haciendo lo que mejor saben: quemar asfalto en ese neverending tour que les ha llevado ya por todo el globo. El único estilo de vida que conocen.