Whitestarr-FillithPuede llamar la atención, a priori, el hecho de que Alex Orbison, hijo del gran Roy, forme parte de estos Whitestarr, aunque a la postre no deja de ser un dato anecdótico: Alex el es sólo el batería de esta banda afincada en Los Angeles, y aquí las labores de composición caen sobre los hombros del cantante y líder, Cisco Adler, bien respaldado por el productor asalta-charts Marti Frederiksen. Composiciones que no podrían estar más alejadas (para acabar de despejar dudas) de la eterna melancolía de The Big OWhitestarr vadean los terrenos más festivos del rock and roll; de los aromas sureños al poder FM del college rock; del boogie que en tiempos destilaron como nadie Joe Perry y Steven Tylerhasta pasajes cercanos al power pop. En el fondo, y sin intención de darle un carácter peyorativo, tenemos enfrente a cuatro niños ricos (Adler es vástago de un magnate de la industria musical y ex de varias nenas moninas de Hollywood) cantándole a los tópicos de la pareja (empiezan diciéndole a sus chicas que son unas «Beautiful things» para acabar con un incorrectísimo «Be my bitch»), y al hedonista estilo de vida de Beverly Hills y alrededores.

Clichés del rock y una premisa innegociable: la melodía aquí es tan sagrada como el bikini y el rubio platino en las playas de Malibú.