InfamousInescrutables son los designios de las productoras americanas. O bien nos azotan con un bodrio tras otro, o bien estrenan en poco más de un año dos (buenas) películas de idéntica temática y similar desarrollo. «Capote» dio el pistoletazo de salida en esta fiebre por glosar la figura de Truman Capote , e «Infamous»recoge el guante para contar los mismos hechos -la gestación de la novela «A sangre fria» – y, de nuevo, apoyándose en el trabajo de un actor inmenso que empuñe la pluma del escritor norteamericano. Si creíamos que Philip Seymour Hoffmanexageraba en su amaneramiento al interpretar a Capote, lo del menudo Toby Jones es de auténtica traca. La cultura popular tiene una expresión más que gráfica para el desarrollo que hace de su personaje: el Truman Capote de Jones es una «maricona mala». Y que disculpen los guardianes de lo políticame nte correcto, pero no existe una definición mejor para ese ser pequeño y rechoncho, capaz de dar saltos de alegría como una colegiala en momentos de regocijo o de tumbar al más pintado con su lengua viperina y su asombrosa agilidad mental. Brillante para lo literario, pero más brillante aún para la maldad.

Dos aspectos esenciales diferencian «Infamous» de «Capote» . En la cinta de Douglas McGrath se intenta ofrecer una imagen externa del autor de «Desayuno con diamantes» mediante una serie de entrevistas ficticias con algunos de sus allegados. Entrevistas sabiamente incrustadas en la narración que no sólo no afectan al ritmo de ésta, sino que complementan y clarifican la semblanza de Capote. La otra gran divergencia con respecto a su predecesora es el especial énfasis que hace «Infamous» en la supuesta relación homosexual entre Truman y el condenado a muerte Perry Smith, lo que le confiere un punto más de humanidad a este nuevo retrato, siempre dentro de lo inhumano de la personalidad de Truman Capote. Tan intensa se rumorea que fue aquella relación que, tras las ejecuciones de Perry y de su compinche, Capote cayó en una profunda crisis personal de la que nunca se recuperaría. Es lo que tiene ir por ahí jugando con las vidas de los demás, que al final del camino uno se mira al espejo y se horroriza por tan espantosa visión. Por lo demás «Infamous» , como «Capote» , resulta un producto con muchísimo empaque. Hay oficio puesto en la pantalla y eso queda patente en cada plano. ¡Hasta Sandra Bullock parece una actriz de verdad sumergida en el buen hacer general! Eso sí, volviendo con el despliegue de talento de Toby Jones , si se cuenta con una interpretación como la suya casi cualquier director es capaz de tocar la gloria con los dedos.