ZodiacEs difícil calibrar hasta qué punto las críticas sangrantes que recibió Fincher tras «El club de la lucha» le han afectado a la hora de enfrentar otro proyecto de envergadura (obviamos «La habitación del pánico» ), pero lo cierto es que ahora regresa al mundo de los vivos y nos sorprende con una película tan seria y analítica que recuerda a partes iguales tanto a las mejores intrigas detectivescas como a obras maestras del cine de investigación del calibre de «Todos los hombres del presidente» «JFK» -si la desnudamos de toda la pirotecnia de Oliver Stone -.

No lo tenía fácil el amigo David . Escoger la historia real y conocida por todos de unos asesinatos que nunca se resolvieron es, en muchos sentidos, un auténtico suicidio comercial. No hay culpables ni acusados que poder diseccionar y, para más inri, de las dos horas y media de metraje de «Zodiac» Fincher apenas ocupa diez minutos en glosar los crímenes de aquél asesino del Zodiaco al que se le llegaron a atribuir hasta 12 muertes. Descartado, pues, el típico esquema de thriller moderno, lo que«Zodiac» ofrece es un intensivo diario de las investigaciones llevadas a cabo por policías y periodistas a lo largo de 20 años. Un auténtico encaje de bolillos de pruebas, fechas, testimonios y lugares que el director de «Seven» ensambla con precisión de relojero en un montaje radicalmente alejado de su frenesí habitual. Fincher deja claro que no necesita de efectos digitales ni de músicas atronadoras para atrapar al espectador. «Zodiac»desprende aroma a clásico instantáneo, es robusta y atemporal, y tras su visionado muchos deberán replantearse sus reparos al hecho de que su autor sea uno de los directores más influyentes y copiados de las dos últimas décadas. Se lo ha ganado a pulso.