El perfecto test de los prejuicios. Eso parece querer plantearnos Jacob Thuesen con esta historia que gira en torno al abuso de menores, en la que seguimos los pasos de un tipo normal y corriente acusado de estupro por su única hija.
El director danés lo siembra todo inteligentemente de dudas razonables, nos enfrenta con el «podría pasarte a tí», nos convierte en juez y parte. El desenlace, la culpabilidad o la inocencia de su protagonista, es lo de menos. Llegado el momento habremos sacado nuestras propias conclusiones, y ahí radica la brillantez de su guión. Apenas se nos muestra a la acusadora en un par de escenas, porque eso, la imagen de una pre-adolescente con el gesto compungido, o una declaración llena de detalles escabrosos, nos lo habría puesto demasiado fácil.
Es «Accused» una película de tremenda carga emocional y psicológica, rodada con intimismo y austeridad y plagada de planos cortos a través de los cuales trataremos de escrutar miradas y gestos que ayuden a alcanzar un veredicto. Un derechazo directo al estómago, infinitamente más efectivo que los excesos formales y morbosos de la reciente (y tramposa) «Hard Candy» .