Tristram-Shandy«Vida y opiniones de Tristram Shandy» es, al parecer, un novelón caballeresco en el que el tal Shandy divaga y divaga acerca de su propia existencia. Tanto se va por las ramas el hombre que en su relato ni siquiera llega a nacer. La última de Winterbottom es, también en teoría, una adaptación de dicho libro, aunque a la hora de la verdad, las vivencias de ese caballero tan inglés como el fish & chips apenas ocupan un cuarto de hora de metraje. ¿Y qué ocurre con el resto de la cinta? Bueno, el resto es un ficticio y tronchante «Cómo se hizo…» de la adaptación de marras. Hay también, pues, en «Tristram Shandy» algo que no llega a existir: la propia película. A cambio nos encontramos con el mejor Michael Winterbottom , el del humor lacónico, el de «24 hours party people» , el que cede todo el protagonismo al actual rey del sarcasmo británico: Steve Coogan . Su permanente rictus de «estoy hasta los huevos de todo» es una de las siete maravillas de la escena actual. Él interpreta a Shandy, al padre de Shandy y quizá hasta al abuelo de Shandy pero, sobre todo, se interpreta a sí mismo; a ese tipo inseguro capaz de arrancar carcajadas tirando sólo de monosílabos y tan valiente como para reírse de sus propios (y absurdos) caprichos de estrella. Tiene el don de hacer reír en cualquier momento y situación, probablemente muy a pesar suyo.

Winterbottom se marca en «Tristram Shandy» su particular homenaje a todo y a todos los que se involucran en la realización de lo que luego vemos en pantalla. De la script a los asistentes, de los encargados de vestuario a los productores y, por supuesto, los propios actores. Todos esos nómadas que viven de hotel en hotel, de país en país, persiguiendo la quimera de la inmortalidad, el sueño de hacer películas.

El realizador inglés puede ser cualquier cosa menos un seguro a todo riesgo y así lo demuestra una carrera plagada de altibajos. Sin embargo, su incansable ritmo de trabajo -casi dos películas al año- hace que su proporción entre errores y aciertos alcance el fifty-fifty . Después de coitus interruptus como «Código 46» «9 songs» ya le tocaba sacar a relucir su genio en la que es una de las cintas más brillantes de los últimos meses. Ahora sólo queda cruzar los dedos y esperar que la próxima vez en la moneda vuelva a salir cara. Si cuenta con su compinche Coogan las probabilidades crecerán de forma exponencial.