La-vida-es-un-milagroNo parecen éstos los tiempos más idóneos para películas de dos horas y media sobre gentes pequeñas que viven vidas pequeñas en pueblos pequeños. Desde luego no para la generación de los mensajes instantáneos y los politonos. Afortunadamente, a tipos como Kusturica no podría importarle menos si su cine es o no entendido por la masa, o si las taquillas del planeta ven pasar con desdén cada una de sus obras.

«La vida es un milagro» es un cuadro preciosista y algo disperso por el que desfilan un puñado de personajes estrambóticos (marca de la casa) en los albores del enfrentamiento serbo-bosnio de la década pasada. El director balcánico opta por darle un tono eminentemente alegre y desenfadado al asunto, interesándose más por el amor y la amistad que por la muerte y la destrucción. Siendo como es Kusturica un esteta redomado, mima cada plano de «La vida…» apoyándose en un trabajo de fotografía absolutamente espectacular.

A todas luces se le va la mano con el metraje, pero de sobra sabemos que la síntesis y las líneas rectas no tienen mucha cabida en el cine del director de «Undergorund» . Si fútbol es fútbol,Kusturica es Kusturica ; lo tomas o lo dejas.