Conocí a esta profesora y activista venezolana por la más pura casualidad. En la sala de espera de una clínica mi acompañante y yo andábamos arreglando el mundo, como siempre. El PP, el ISIS, el suicidio de Blesa, la situación en Cataluña, el futuro de Neymar. Le llegó el turno a Venezuela. A nuestro lado, una mujer fruncía el ceño y negaba con la cabeza mientras hacía ganchillo. Era Yury Weky Silva. Cuando no pudo morderse más la lengua guardó en el bolso su labor de ganchillo e intervino en nuestra “cumbre”. Se presentó con una pregunta: “Perdonen, pero… ¿Han estado ustedes en Venezuela?”.

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