Lady-ChatterleyCorrecta adaptación de la segunda versión que de los amoríos de la cuitada Lady Chatterley escribió D. H. Lawrence que deja tras de sí tantos aciertos como deslices. Pascale Ferran compone un buen retrato de la dama en cuestión, de su fragilidad y su carnalidad latente, pero no hila tan fino con respecto al personaje del amante, al que comienza otorgando una rudeza exacerbada para acabar destapando sólo en parte su complejidad y las miserias de su vida pasada. Pero llegan tarde y mal esas matizaciones. La relación entre Lady Chatterley y ese sirviente suyo (o de su marido) evoluciona, asimismo, de manera fiel al relato original: el fuego del deseo, las primeras aproximaciones, la entrega posterior… Sin embargo, esta «Lady Chatterley» carece casi por completo del erotismo perturbador de la novela de D.H. Lawrence, y es que Ferran opta por sublimar realismo ante pasión, cometiendo el pecado de hacer pasar por fría una historia de pasiones prohibidas y sexualidad contenida. Todo el empeño que ha puesto en fotografiar esos bosques en los que los amantes tienen sus escarceos amorosos le ha fallado a la hora de darles a estos una mayor intensidad emocional, aún contando con el soporte de dos excelentes actores, especialmente en lo tocante a Marina Hands, perfecta en su rol de damisela encerrada en jaula de oro que languidece junto a un marido que no la roza ni con la mirada.

«Lady Chatterley» da la sensación de ser una cinta enfocada con la seriedad y el respeto que la obra original merece. Y aunque el cementerio está lleno de directores que un buen día se decidieron a juguetear con los clásicos de la literatura, no es el caso de Pascale Ferran, a pesar de que, donde otros se entregan al exceso y la afectación él se queda a todas luces algo corto en los terrenos sentimentales. Se podría esperar esa tibieza de un inglés adaptando el texto de un francés; pero choca encontrarse con el escenario opuesto: demasiada flema para ser un gabacho que recrea una de las plumas más ardientes de la letras inglesas. Pura paradoja.