Jackie-Antoinette-Beumer-2012De viajes iniciáticos, choque de culturas y tópicos de la América profunda se propone Antoinette Beumer hablar en Jackie, mano a mano con las muy populares (en Holanda) hermanas Van Houten, Jelka y Clarice, y una Holly Hunter alojada en esos extremismos que tanto parece disfrutar, aunque al espectador le cueste hacerse a la idea, por momentos, de que lo suyo va en serio.

Dos mellizas de vidas relativamente (o presumiblemente) plácidas y satisfactorias cruzan el Atlántico para reencontrarse con una madre de la que sólo conocen el nombre. La única decisión capital para Beumer y sus guionistas habituales se antoja el tono a emplear. ¿Dramón sin ambages? ¿Comedia loca? ¿Drama cómico? ¿Quizá una historia de esas muy humanas y tiernas pero con pinceladas humorísticas? La directora holandesa se decanta por esto último. El resto, y perdonen el símil facilón, viene tan rodado como la cochambrosa autocaravana en la que hijas y madre atraviesan medio desierto de Nuevo México. El peculiar trío avanza por una suerte de parque temático redneck y no hay cliché que no les explote en la cara. No, ni silbar la melodía de El bueno, el feo y el malo ante la estampa de un vaquero.

Pero para eso están los clichés, para utilizarlos. A estas alturas no resulta más maniqueo un bar de carretera en medio de ninguna parte que las cuitas de una estudiante de la Sorbona que se da a la prostitución de lujo. Beumer hace buen uso de su diccionario de lugares comunes, honra sus orígenes desterrando de la pantalla el puritanismo y la mojigatería que sobrevolarían Jackie de haber sido firmada por según qué directores yanquis, y se llena el pecho de imponentes postales de esa América salvaje que aún resiste el avance de la civilización.

Jackie es la elección ideal para completar una terna de road movies disfuncionales, a rebufo de Thelma y Louise y Una historia verdadera. Hablando de la cinta de Lynch, esta Hunter con el chip de desequilibrada a toda potencia habría sido tremendamente feliz compartiendo hogar con aquel hermano perdido que encarnó Jimmy Dean Stanton. Siempre es mejor recibir a la familia con dos escopeta en vez de una.