Puede que el auge y caída de Martín Circo Martín, personaje central de Concursante (id., 2007), llegara con algo de antelación para un público aún embotado por el aroma a vino y las rosas de aquel verano tan largo en el que todos fuimos tan ricos. O puede que llegara demasiado pronto para el futuro director de Buried (Enterrado, 2010) y Luces rojas (Red Lights, 2012). No importa. Existen las segundas oportunidades. Incluso las terceras. Rodrigo Cortés ya publicó en 2007 el guion de su ópera prima, y aún se guardó un comodín en la manga: el libro. Mientras dirigía a Leonardo Sbaraglia con una mano, con la otra completaba Sí importa el modo en que un hombre se hunde. Ocho años en un cajón, agazapada, la primera novela de Cortés esperaba su momento. Y el momento llegó. El tipo más listo de la clase nos coloca ante una disyuntiva poco habitual: ¿era mejor la película que el libro? (Seguir leyendo)